Nuestra fortaleza no viene de reconocernos iguales, sino de abrazarnos diferentes. Y que, frente al avance de los fundamentalismos y la extrema derecha, nuestra respuesta será de unión
Este 8M 2020, la movilización será grande, de eso no hay duda
Venimos de dos años exitosos, y esta convocatoria no será menos. Es cierto que nos enfrentamos por primera vez a un 8M que cae en domingo. Esto nos ha obligado a detenernos y a pensar (también era necesario) qué impacto tendrá y cómo vamos a actuar. Hasta el punto de cuestionarnos la efectividad de una huelga laboral un domingo.
Desde Calala aplaudimos que algunas comunidades como Cataluña hayan mantenido la convocatoria igualmente. Históricamente, así surgió la movilización del 8M, ante la denuncia de la precarización laboral de las mujeres. Hoy sería iluso pensar que ya no existe. No perdamos de vista a todas las mujeres precarizadas, migradas, racializadas y sin papeles que trabajan fines de semana y festivos.
Ahora es nuestra responsabilidad mostrar a esta sociedad que se ve obligada a mirarnos en esta fecha, cómo los feminismos cuidamos la vida de manera transversal protegiendo la libertad, la diversidad, la autonomía de los cuerpos, los derechos humanos, la tierra y los territorios a través de relaciones horizontales y equitativas.
Reconocer y honrar la genealogía de las luchas feministas de las que venimos
Celebramos cómo nuestras diferentes voces ocupan el espacio mediático cada vez más. Cómo comparten los diferentes contextos de los que proceden y obligan a reflexionar sobre nuestra cotidianidad acomodada incompatible con una vida digna para todas las personas y con los límites del planeta. Esta forma de vida llena de privilegios que sigue empujando a estas voces diversas hacia los márgenes.
Debemos mostrar que nuestra fortaleza no viene de reconocernos iguales sino de abrazarnos diferentes. Para nosotras, esto pasa por reconocer y honrar la genealogía de las luchas feministas de las que venimos. También pasa por un acompañamiento y cuidado, y no un machaque, hacia aquellas que trabajan en este proceso de desaprendizaje y que se cuestionan sus privilegios para compartir (o bajarse) del escenario.
En Calala, intentamos construir un equipo diverso, lo que nos está obligando a revisar nuestras relaciones de poder, un proceso no siempre placentero (pero sí necesario) porque tienes que romperte en mil cachitos, para luego recomponerte. Y, sobre todo, poner el cuidado y la sanación como un camino que nos contiene y nos permite cuestionarnos.
Este #8M salimos a las calles fortalecidas desde la diferencia
Entonces, este 8M salimos a las calles fortalecidas desde la diferencia. Convencidas de que nos sobran razones para salir a manifestarnos y de que, frente al avance de los fundamentalismos y la extrema derecha, nuestra respuesta ha de ser de unión.
Nosotras, este 8M y todos los días, seguiremos abrazando a las migradas, racializadas, lesbianas, trans, blancas, diversas funcionales, trabajadoras del hogar y los cuidados, trabajadoras sexuales…
Seguiremos acompañando a nuestras hermanas en Centroamérica por la libertad de decidir sobre sus cuerpos, a través de la despenalización del aborto; de la protección y cuidado de las defensoras de derechos humanos y del territorio; de las estrategias de protección integral feminista; del acceso a la educación sexual y a anticonceptivos; de la sabiduría y los aportes de las mujeres indígenas…