En Calala ofrecemos fondos a mujeres migrantes en España que se organizan en asociaciones o colectivos a favor de los derechos, la libertad y la dignidad propias y también de otras mujeres y sus comunidades. Este 8M tú puedes donar para que las mujeres migrantes también tengan igualdad de derechos:

 

Derecho a una vida libre de violencia machista

Hay muchos datos que alertan sobre la vulnerabilidad de las mujeres migrantes en España ante la violencia machista. Entre ellos, que una de cada 3 mujeres asesinadas es extranjera. Las mujeres extranjeras tienen 6 veces más probabilidades de ser asesinadas por este motivo que las españolas, según el estudio Mujeres migrantes víctimas de violencia de género en España, de la Red de Mujeres Latinoamericanas y del Caribe y AIETI, que puedes leer en este link.

Derecho a una vida libre de violencia machista

 

Derecho a una vida libre de racismo

El 15% de las mujeres que viven en España son migrantes. La ley de extranjería dificulta su acceso a un estatus migratorio regular, y por tanto a los derechos básicos. Además encuentra dificultades para convalidar sus estudios o encontrar trabajos de acuerdo a sus carreras. La pandemia no ha hecho más que agravar esta situación. En su vida cotidiana muchas se enfrentan a actitudes y discriminaciones racistas o delitos y discursos de odio, que han aumentado en los últimos años.

Derecho a una vida libre de racismo

 

Derecho a condiciones dignas de trabajo

Muchas mujeres migrantes se ven obligadas a trabajar de manera informal como empleadas de hogar y los cuidados, sin la más mínima protección. Según el Instituto de la Mujer, el 86,4% del trabajo de hogar lo ejercen mujeres, y al menos el 50% son extranjeras. Además, España no ha ratificado el Convenio 189 de la OIT por el que se garantiza que el trabajo de hogar y cuidados goza de las mismas garantías de Seguridad Social que el resto de personas trabajadoras. Actualmente no tienen derecho al desempleo, ni cotización, ni seguro de riesgos laborales.

Derecho a condiciones dignas de trabajo

 Una reflexión sobre las problemáticas de las mujeres migrantes

Por Bertha Massiel Sánchez – Presidenta del Patronato de Calala

Desde hace décadas, millones de mujeres de países empobrecidos de todo el mundo han tenido que migrar para garantizar condiciones mínimas de vida a sus hijas e hijos, familiares y personas dependientes en sus países de origen. Esto fue nombrado por el feminismo como “cadenas globales de cuidado”: mujeres que migran, trabajan cuidando de personas mayores o de menores, permitiendo que las mujeres del Norte global trabajen fuera de casa, y dejando en su país de origen a otras mujeres a cargo del cuidado de sus personas dependientes.

 ¿Por qué las mujeres migrantes abandonan sus países?

Hay muchas razones y circunstancias, pero muchas de esas migraciones son consecuencia de prácticas extractivistas en sus territorios, el impacto del cambio climático, las condiciones de pobreza extrema, la escasez de oportunidades laborales, la falta de institucionalidad y ausencia de democracia y seguridad en algunos países.

Este contexto golpea a todos los habitantes de los lugares oprimidos, pero especialmente a las mujeres empobrecidas y muchas veces discriminadas o estereotipadas por su origen.

Muchas de las defensoras de derechos humanos que denuncian estas injusticias son asesinadas, amenazadas y perseguidas por distintos actores políticos y económicos y muchas tienen que exiliarse para sobrevivir. Contrario a lo que argumentan partidos de ultraderecha, no existe un “efecto llamada” sino muchas veces un proceso de expulsión de personas de sus territorios.

Algunas problemáticas a las que se enfrentan las mujeres migrantes en España

Desafortunadamente, las violaciones a sus derechos humanos no acaban con el viaje. En el caso de España, al llegar aquí se tienen que enfrentar a condiciones laborales precarias y muchas veces indignas, sin contrato, con salarios de subsistencia, jornadas extenuantes y sin derechos laborales. Esto no solo ocurre en el trabajo del hogar, es un patrón que se repite también en otros trabajos feminizados y racializados, como la recogida de fruta, la limpieza o las plantas procesadoras de carne.

Por si fuera poco, los discursos racistas, la ley de extranjería y muchos medios de comunicación, intentan justificar y legitimar estas violaciones. Se trata de un sistema en el que la vida de las personas se degrada según su país de origen, etnia, situación económica e identidad sexual y de género.

Ante esta situación de maltrato a muchas mujeres migrantes, existen organizaciones feministas antirracistas en España que apuestan por sostener la vida y tejen fuertes redes de solidaridad a nivel estatal e internacional. Cientos de mujeres acompañan a otras en sus procesos de regularización, cuidan de sus hijas e hijos, se organizan para denunciar las violaciones a sus derechos humanos.

Estos colectivos se constituyen en una red de apoyo vital para la supervivencia y el acompañamiento a las mujeres, y muchas veces ponen en evidencia los errores del sistema y el impacto de la ley de extranjería en las vidas migrantes. En todo el Estado, muchos grupos de mujeres migrantes intentan hacer realidad el grito “nuestras vidas también importan”.

¿Qué hace Calala por estos colectivos y grupos de mujeres migrantes?

Contribuimos al fortalecimiento de grupos, redes y organizaciones de mujeres y feministas que se autoorganizan en España y en Centroamérica, para defender los derechos humanos, la justicia e igualdad, impulsando cambios reales en sus vidas y en sus comunidades.

Apoyamos financieramente a organizaciones y colectivas que tienen un papel clave para hacer avanzar los derechos de las mujeres, que no tienen acceso a los recursos de los financiadores tradicionales, a través de fondos flexibles que les permiten sostenerse y realizar su importante labor social.

Tú también puedes donar aquí para que las mujeres migrantes tengan una vida digna, libre e igualitaria.